La repostería europea y la nuestra ya ha adoptado hace unos cuantos años como propia la receta del brownie, ese bizcocho cargado de chocolate de origen estadounidense. La canónica combinación de este bizcocho “marroncito” (de ahí su nombre ne inglés) y no muy esponjoso es la de servirlo junto con helado de vainilla. Y aunque clásica, no deja de estar riquísima, por eso te proponemos ponerla en práctica éstas Navidades. Pero con un plus de categoría: todo es casero y puedes hacerlo tú mismo con la satisfacción de comer un postre que has hecho tú de principio a fin. ¿Manos a la obra?
Ingredientes (4 personas):
Para el Brownie:
Para el helado de vainilla:
Preparación:
Lo que elaboraremos primero será el brownie. Para ello, derretimos al baño María el chocolate junto con la mantequilla (preferiblemente mantequilla y no margarina). Cuando esté completamente derretido y bien integrados los dos ingredientes, lo dejamos enfriar un poco a temperatura ambiente.
En un bol aparte montamos los huevos junto con el azúcar hasta que queden esponjosos y de un color amarillo muy claro.
Cuando la mezcla del chocolate y la mantequilla se haya atemperado un poco, añadimos las nueces picadas. A continuación vamos agregando por partes el huevo montado: volcamos una porción del huevo montado y mezclamos con el chocolate realizando movimientos envolventes con una pala o lengüeta. Cuando esté integrado, añadimos otra parte y así hasta acabar con la mezcla.
Finalmente añadimos la harina, preferiblemente tamizada para facilitar que se integre mejor y no forme grumos. Se mezcla igual que el huevo: con movimientos envolventes, de esta forma se evita que la esponjosidad del huevo se baje y la mezcla quede esponjosa.
Volcamos la mezcla en pequeños moldes si queremos hacer postrecitos individuales o en uno más grande si preferimos córtalo en trozos luego. Horneamos a 180ºC durante 15 minutos, pero esto dependerá un poco del horno que tengamos en casa. Así que el mejor consejo es pinchar el bizcocho en mitad de la cocción: si el palillo sale limpio es que está bien cocinado.
Durante el tiempo de horneado, podemos ir preparando el helado: se mezclan todos los ingredientes en un bol grande hasta que la mezcla quede homogénea y sin grumos. Se puede usar una batidora de varillas. Cuando lo tengamos, lo vertemos en un recipiente que tenga fondo suficiente. Si no tenemos una máquina heladera en casa, podemos meterlo en el congelador. Para evitar que se formen cristales de hielo que alteren la textura del helado, se puede sacar a las 4 horas de congelado y remover ligeramente con una pala para romper las estructuras ya formadas de los cristales de hielo y que se reparta el frío uniformemente.
El postre se sirve disponiendo el brownie en un plato y poniendo una o dos bolas de helado de vainilla encima. Podemos decorar con sirope del tipo que nos guste o chocolate fundido o frutos secos picados: ¡al gusto del comensal!