Ya estáis casados, la ceremonia perfecta, la iglesia maravillosa, las arras no han rodado por la alfombra… Pasemos ahora al banquete, la guinda del pastel para que el día más feliz resulte redondo tanto para los novios como para los invitados.
Gracias a nuestra larga experiencia en montajes de catering podemos compartir con vosotros algunos consejos. Si habéis conseguido sentar ordenadamente a vuestra familia y amigos, ayudados por un seating plan, decorado acorde con el lugar donde celebráis el banquete, nos queda la mesa presidencial.
Puede ser de distintas formas, en función siempre del espacio de la celebración: redonda, e irá situada en el centro, y la pueden ocupar hasta doce personas; ovalada y colocados los comensales en forma de media luna, y puede ir ubicada tanto en el centro del salón o el jardín como en un lateral, y es ideal para un máximo de ocho comensales. Y la rectangular o imperial, que se situará presidiendo el espacio donde se coloquen el resto de mesas, para tener buena visión de todo el banquete, y es perfecta para que la ocupen hasta seis personas. Cuestión de gustos y tendencias…
La ventaja de las mesas presidenciales redondas u ovaladas es que, aunque a algunos invitados se les dé la espalda, estamos situados mucho más cerca de ellos, y además todos los que están sentados en torno a ella interactúan con más facilidad. En la mesa rectangular clásica los novios tienen una visión y un contacto más próximo con sus invitados, sin embargo los que la comparten tienen más dificultades para relacionarse entre ellos, por eso se recomienda que no sea muy larga.
Si hay muchos invitados, quizás sea mejor contar con una mesa imperial, para tener mejor visión de todos ellos. En caso de que sea una boda más íntima, una mesa presidencial redonda es la mejor opción.
El protocolo más tradicional recomienda que, si la boda ha sido por el rito católico, se invite al sacerdote que ha oficiado la ceremonia y lo sentemos en la mesa presidencial. Los abuelos también deben ocupar un lugar en esta mesa.
Si la mesa es imperial o rectangular, se deben colocar (de izquierda a derecha) la madre del novio, el padrino, el sacerdote, la novia, el novio, la madrina y el padre del novio. El orden correcto para sentarse en la mesa presidencial si ésta es redonda es: novia, padrino, madre del novio, abuelo, abuela, abuelo, abuela, padre del novio, madrina y el novio al lado de la novia. Esta colocación admite ciertas variaciones, aunque lo ideal es que el número de comensales sea par y que se sienten alternativamente hombre y mujer.
En estos tiempos es habitual que los novios compartan mesa con sus amigos más íntimos, en lugar de con sus padrinos. Esta solución es muy útil si, por ejemplo, los padres de alguno de los novios están divorciados o si hablan distintos idiomas. En esos casos se sienta a los padrinos, el sacerdote o los abuelos con invitados afines por edad o por amistad.