Ya hemos cortado la tarta de boda, hemos pasado a las copas y al baile de los novios se han incorporado los invitados. Todo ha salido redondo desde que, hace horas, se dijeron el “sí quiero”, llega el momento de servir un refrigerio inesperado que los invitados agradecerán para poder seguir con la celebración sin que el alcohol haga estragos, es la “recena”, una aportación gastronómica para afrontar la madrugada con el estómago lleno.
Desde Alfonso Catering te ofrecemos unas sugerencias que harán las delicias para esos ataques de hambre en plena fiesta, aunque es recomendable que hayan pasado al menos tres horas desde que se sirvió la comida, es conveniente que se haya hecho la digestión antes de volver a comer si no queremos empachar al personal. El contenido de la recenadependerá si se sirve de madrugada –más frugal- o, caso de que la boda haya sido a mediodía, a la entrada de la noche –con mayor contenido calórico-. En todo caso, te proponemos una variedad para elegir que iluminará el rostro de los invitados. A los tradicionales montaditos de lomo o pringá, los mini hot dogs, mini hamburguesas o mini pizzas que, ten por seguro, volarán de las bandejas; te proponemos la originalidad de una recena oriental: sushis, makis, sashimis, wok de tallarines o pollo al curry.
Para la entrada de la noche, después de horas bailando y bebiendo, se agradece una recena barbacoa, con chorizo criollo, chuletitas ibéricas al carbón o brochetas morunas; o también, un buffet de ibéricos y de quesos, servidos en originales puestecitos para que se sirvan los propios invitados.
Después de tanto glamour, se aplaude una recena con huevos fritos, migas y chistorras. Eso sí, te recomendamos no volver a sentar a los invitados, sino que sean pequeños platos fáciles de comer y de sostener aunque estemos de pie. Como servimos los buffets de guisos, con carrillada de ternera o espinacas con garbanzos… Y se agradece algo calentito, como los originales puestos mexicanos, con burritos, fajitas y nachos con guacamole, y a seguir bailando.
Para los más sofisticados, qué más se puede pedir que una recena con champán francés y ostras, o un puesto de distintos tipos de arroz en latitas… No olvides que el último menú debe ser coherente con lo que hayas servido durante el almuerzo o la cena, para no repetir ingredientes ni texturas. Y no te excedas, no olvides que es un tentempié y que muchos invitados ya se habrán marchado.
Los pinchos de frutas o los buffet de chocolate y bombones pondrán la guinda más especial a tu día más inolvidable. Ten por seguro que recena nunca sobra.